¿Por qué existe un incremento de problemas emocionales en niños/as y adolescentes?

Imagina que eres una deportista de élite. Llevas un ritmo de entrenamiento frenético, necesario para mejorar día a día. De pronto, todo lugar de entrenamiento cierra. Pierdes la forma física, pierdes el ritmo de mejora. Pierdes ganas y motivación. De pronto vuelven las competiciones y la realidad exige que aquel ritmo regrese. ¿Crees que podrías?

Imagina ahora que eres un futuro pianista. Tocas varias horas diarias y esto es preciso para progresar. Lo haces con gusto. De pronto, por alguna causa ajena a tu voluntad, no puedes tocar el piano durante los siguientes meses. Es lógico pensar que no habrá progreso; peor aún, probablemente haya alguna pérdida de habilidades ya adquiridas. ¿Esto te generaría angustia o desasosiego?

Ahora piensa en un niño de 2 años. Acude a la guardería diariamente. Su papel socializador se percibe muy favorablemente en su desarrollo y con cada adquisición de hitos adquiere más autonomía y avidez por descubrir el mundo. De pronto, toda guardería cierra. Se cierra también casi toda oportunidad de socialización fuera del entorno familiar próximo. ¿Crees posible que se mantenga el mismo ritmo de desarrollo psicoafectivo?

Imagina ahora una niña de 8 años. Acude todas las tardes al parque, allí tiene amigas con las que se divierte y aprende a compartir, a jugar... De pronto, todo parque cierra. Ya no puede salir de casa. Ni siquiera a la escuela durante un tiempo. Además, las y los adultos están preocupados y la situación da mucho susto a grandes y pequeños. ¿Esto te causaría inquietud o miedo?

Piensa también en un adolescente. En el instituto ocurren los aspectos más determinantes de su vida: sociales, intelectuales, de aprendizaje... Abruptamente, esto se interrumpe por un tiempo largo. Encuentra refugio en el móvil y redes sociales; Pasa muchísimas horas con esto, incluso en horario nocturno. ¿Qué se te ocurriría hacer en su situación?

La guardería, el parque, el instituto: los tres son agentes socializadores, elementos necesarios para el neurodesarrollo; son los gimnasios para lograr inteligencia emocional, una adecuada mentalización y habilidades interpersonales.

Las y los adultos nos hemos visto afectados por estos cambios. Incluso estando ya desarrollados, con madurez emocional suficiente para afrontar eventos estresantes. Incluso cuando han abierto gimnasios, bares y lugares de trabajo y ocio.


¿Por qué están las y los menores disregulados?

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