Siguiendo el consejo de una amiga, hago este post sobre cómo preparar a los y las menores para la prueba de COVID-19 mediante extracción nasofaríngea. Se trata de una situación particular (el contexto pandémico, la vestimenta y las precauciones extremas que se siguen durante la extracción generan inevitablemente, tanto a menores como a adultos, miedo).  

Por un lado, podemos hablar de algunas consideraciones generales para explicar procedimientos a niñas y niños pequeños: 

La manera más importante en la que se puede ayudar al menor es preparándolo con anticipación y brindándole apoyo en el momento del examen.

No exceder los 5-10 minutos en la explicación, usar palabras sencillas y elaborar una narración como si fuera un cuento. 

Durante la explicación, asegurarse de que se entiende qué parte de su cuerpo va a estar afectada y la delimitación concreta. También es importante describirle qué sensaciones puede experimentar. 

Una buena opción es hacer un ensayo en casa. 

En cuanto a esta prueba en concreto, tiene como particular la vestimenta que los profesionales emplean (se les puede explicar que acudirán “como si estuvieran disfrazados de astronautas”). Además, es preciso permanecer quieto (“como una estatua”) aunque pueden aparecer ganas de moverse o estornudar. Esta persona vestida de astronauta introducirá como un bastoncillo de los oídos, pero más finito, por la nariz y la tocará por dentro, esto puede ser un poco molesto pero durará solo unos segundos. También pueden llorar un poco los ojos. Luego cogerán otra muestra de saliva de la garganta, esto molesta menos. 

Puede ser una buena idea hacer un ensayo en casa, también ver algún vídeo explicativo donde aparezca algún ejemplo.