La teoría de la mente hace referencia a la capacidad de los seres humanos para formarse una representación interna de los estados mentales propios y ajenos, esto es, de atribuir pensamientos e intenciones a otras personas.
Las personas afectas de trastornos del espectro autista parecen sufrir un déficit específico en la teoría de la mente y, por tanto, dificultad para entender y predecir conductas en función de dichos estados y generar, a partir de esto, una respuesta adecuada e interacción efectiva. Al no ser capaces de atribuir estados mentales a los demás, se suceden consecuentemente sus dificultades sociales, sus dificultades en el desarrollo simbólico y sus problemas comunicativos de origen pragmático (uso del lenguaje en el contexto social).
El desarrollo de la teoría de la mente ocurre entre los tres y los cinco años, de forma espontánea, aunque se sigue perfeccionando con el tiempo. Si no se desarrolla en tiempo y forma natural, pueden producirse patologías.
Barón-Cohen y sus colaboradores elaboraron en las investigaciones sobre teoría de la mente el experimento de Sally-Anne (o de la “creencia falsa”); en este, el/la niño/a mira cómo el experimentador representa una historia con dos muñecas: Sally que tiene una cesta y Anne que tiene una caja. Sally coloca una canica en su cesta antes de salir de la habitación y Anne (cuando Sally está fuera) saca la canica de la cesta y la coloca en su caja. Cuando Sally regresa a la habitación, se le pregunta al niño/a ¿dónde buscará Sally su canica? Un niño con adecuada teoría de la mente señalará que Sally buscará la canica en el cesto porque ella no sabe que Anne ha cambiado la canica y la ha puesto en su caja. El niño sin teoría de la mente dirá que Sally buscará la canica en la caja: no comprende que sus acciones están basadas en un pensamiento equivocado, no entiende que los demás tienen sus propios estados mentales y que pueden ser diferentes de la realidad y de los propios.
El test de Sally y Anne es uno de los ejercicios más utilizados para explicar el constructo de la teoría de la mente y es una forma muy sencilla y amena de detectar dificultades a este nivel en pequeños/as. Lo normal es que un/a niño/a de 3 años no responda correctamente pero con poco más de 4 años se responde sin dificultades. Por otro lado, aunque nos da mucha información cualitativa acerca de las habilidades mentalistas de un/a niño/a, no sirve para emitir un diagnóstico.
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